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DEPENDENCIA

Me quedo sentada en la esquina del hastío; la adultez me empuja ferozmente y caigo en las competencias que no tengo. El apartamento es un castillo que aún no descifro, la cocina es un crucigrama al que le faltan letras y la soledad me contempla con los ojos de un bufón que aguanta la risa. “Voy tarde”, me digo con furia, mientras los bolsillos pagan las consecuencias. Me siento en el caos de quien crece lento y torpe; la previsión es una mujer que nunca me presentaron y hoy que el país muerde tanto, ella no me perdona la indiferencia. Me quedo en la sala, mirándome en el reflejo de la ventana, sigo viendo a una niña asustada que hace poemas y quema la carne. Millonaria en chistes, golosinas y sueños; escasa en criterio, hortalizas y productos de limpieza. Tan bella mi mami, jamás me dijo que me crio minusválida, y hoy que me miro en el reflejo de la ventana sigo viendo a una niña asustada. La soledad me da para notar que mis

MUERDE

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Fue desliz del ron, luego me deslicé en sus complejos. Ella dice que es obsesiva compulsiva; yo digo que estoy obsesionada con sus tetas negras. Le tengo miedo a su edad… porque desnuda, me muerde algo por dentro que empieza en mi infancia y termina en mi pecho. Es peligroso su escándalo, su inocencia envuelta en libros y exactitudes gramaticales. Es peligrosa su boca pegada a la mía, porque la mía viene rota y ella tiene toda la pinta de morder. Si te ha gustado la lectura, y quieres colaborar conmigo haz clic  AQUÍ tu contribución para el mantenimiento del blog es de gran ayuda.

LA VELA

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Se enciende. Se inunda de su propia esperma y se apaga. Es un suicidio hermosísimo. Si te ha gustado la lectura, y quieres colaborar conmigo haz clic   AQUÍ tu contribución para el mantenimiento del blog es de gran ayuda.

SINCERIDAD

No me quieres, lo sé. Tus silencios no encuentran donde ponerme. No quieres mis versos esperándote y a decir verdad… yo tampoco, pero tus manos interesadas parecían amarme cuando les brinde el almuerzo. Y yo sé — tranquila— que no. Yo le doy a quien no tiene para que me dé lo que me falta. Y eso no es amor, es otra modalidad de indigencia. El alma también revisa la basura. Si te ha gustado la lectura, y quieres colaborar conmigo haz clic  AQUÍ tu contribución para el mantenimiento del blog es de gran ayuda.

MI TÍA, LA DE LA PLAYA

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I Cuando llegaban las vacaciones y mi mamá nos decía que nos dejaría un mes en casa de “su tía, la de la playa” era como si nos dijera que nos dejarían un mes en Disneylandia; porque ir en mi infancia donde mi tía, era ir a La Guaira, jugar con nuestra prima Yuri. Mi prima era hiperactiva, dinámica… inventaba para mí, los mejores juegos. Tenía el cabello largo, los ojos saltones y la risa siempre urgente. Ir a donde mi tía era también comer mamones, pescado, caminar descalza por la lluvia, vivir en traje de baño, comer empanadas frente al mar; jugar era el verbo de todos los días. Mi tía era hermana de mi papá y, por lo que contaban los adultos, (esos rumores que recuerdas con la cabeza mirando hacia arriba), era la más querida por él y aunque mi tía y mi mamá no se querían mucho, mantenían el contacto protocolar por respeto y por nosotras. Mi tía era una mujer robusta, negra, alta, de una mirada que pocos la podían mantener. Hacía empanadas, cocía ropa y sarcasmos;

RENDIRSE

Te voy a llorar de todas las formas; como se lloran las madres muertas, los árboles caídos, las guerras mundiales los amores, los amigos, las malcriadeces. Te voy a llorar pacito, con ruido, con histeria, arrinconada. Te voy a llorar fetal, dormida, desnuda y vestida. Fastidiada, arrecha, ardida… con los amigos, con las cervezas, en los abismos. Voy a poner mi creatividad al servicio de este maldito laberinto en el que te convertiste. Me voy a mojar en el lodo y en el fango.   Me voy a dar con la piedra. Te voy a llorar como se lloran las violaciones, los abusos, las mutilaciones, los accidentes, las culpas irrevocables… como se llora un adiós sin censuras, como se llora el exilio, la patria; como se llora en los aeropuertos y en las fechas sensibles. Como una traición irreparable,   una muerte súbita;   una muerte agonizante. Te voy a llorar bajo la lluvia, en público, a pleno sol, en día de elecciones; cuando no esté de mod

MAGALY, EL PERSONAJE

MUJERES QUE ME INSPIRAN CAPITULO I: MI MAMÁ El amor entre una madre y una hija pasa por varios procesos, sabemos que cuando somos pequeñas dependeremos en un cien por ciento de nuestras madres hasta que ese porcentaje va bajando paulatinamente mientras va incrementando nuestra edad. En la adolescencia, nosotras tras la odisea de buscar nuestra propia identidad y ellas en su afán de protegernos, nos volvemos adversarias; pero cuando al fin uno alcanza la edad adulta y ellas han pasado la menopausia, sucede una calma, una pausa en las batallas y poco a poco te vas dando cuenta de quién es tu mamá— no como mamá, sino como ser humano— así comenzó mi fase de observación para descubrir a Magaly, el personaje: Magaly es una mujer de 63 años, bajita como una princesa, calza 34, mide 1.49. Tiene un cabello liso por donde se desliza cualquier peine sin contratiempos, colecciona cremas que revitalizan su piel y sus cachetes después de tanta costumbre insisten siempre en oler a color

A LOS CULPABLES

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Ojalá un día un coágulo de patria te despierte. Sientas, como mal presentimiento, que algo está por cambiar. Ojalá un día, sin motivo aparente, sientas temor de abrir la puerta y al salir te encuentres con la obligación de hacer una cola para vivir. Ojalá quieras abrazar a tu hijo y en cambio consigas una bala durmiendo en su cama. Quieras llorar, gritar y un ruidoso Himno Nacional se eleve sobre tu propio ruido. Y nadie pueda escucharte. Ojalá, apasionado, tomes las calles; encuentres al mundo ciego. Infectado de misiones y regalías… Iracundo; busques las noticias para saber, para estar, y descubras el periódico en el baño. Intentes huir, tosas, te asfixies, busques ayuda en un nebulizador que no llegó en la aduana, en esa aspirina que no hay… Adolorido, vomitando patria, quieras escapar sin cupo para un auxilio. Ojalá tú futuro sea un billete verde que de pronto se confunda con tus venas; sintiendo el dolor de arrancártelo de l

MAMÁ

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Mamá dolencia disturbio, tristeza, ensalada y caraota, lectura y colorete. Tiranía. Principio y fin; barrotes, prisión y presión sanguínea. Oscuridad, comida y hambre. Nervios. Mamá querida, Odiada. Mamá… ¿algún día? Mamá pequeña, felina, literatura, suicidio, demencia. Mamá ombligo; casa, cocina y escándalo. Mama siempre, siempre mirando al infinito como, si en el fondo, nunca hubiera querido salir de él. Si te ha gustado la lectura, y quieres colaborar conmigo haz clic  AQUÍ tu contribución para el mantenimiento del blog es de gran ayuda.

TORMENTA

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La ira es un lobo que llevo por dentro, un río crecido que desemboca en mi estómago; que me tuerce la calma y me lleva a una selva personal de egolatría. Mi ira es un silbón que lleva a cuestas mis propios huesos partidos de tanta soberbia. Me vuelvo Dios iracundo. Me creo Olimpo y cielo. Siento el cortisol ahogar mis venas. Miro desde lo alto de mi prepotencia invocando venganza y maldiciones. Huelo el miedo y lo muerdo. Mastico autoestimas, de preferencia, pobres en confianza. Me muevo ufana en mi propio templo de falsas certezas, hasta que tropiezo con el eco de mis gritos que rebota en la habitación. Hasta que el silencio vengativo me dice que sólo quedan los restos de las almas que heridas se fueron de mí. Volteo y me miro al espejo… avergonzada, sola y con menos estómago hasta la próxima tormenta. La ira es este lobo que llevo por dentro. Si te ha gustado la lectura, y quieres colaborar conmigo haz clic  AQUÍ tu c

ME RINDO

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Consagro mi derrota en ti. Fracaso, inminentemente, en tus destrezas. Fatigada de estrategias infértiles me entrego en el abismo del miedo a amar y, entonces, te amo desnuda de elocuencia; vulnerable a mis propias contradicciones contigo. Te amo demente, bebida de sustos y de celos: como una hembra, como una loba, como una tuya. Bajo la guardia; me quito la camisa. Y, debajo de la camisa, me quito el corazón; y al corazón le saco el alma para que de un jalón te la fumes. Viajaré a mi sombra que eres tú… y ahí mi amor; en nuestro infierno de contradicciones, en el temblor de la duda, en   los besos extremos y en el   sexo caliente, me estrellaré sin cordura sobre tus vórtices. Quizás sólo así pueda liberarme: volviendo a morir. Si te ha gustado la lectura, y quieres colaborar conmigo haz clic  AQUÍ tu contribución para el mantenimiento del blog es de gran ayuda.

A VECES

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Todo me gusta… de vez en cuando. De vez en cuando me saboteo un sueño y otras veces, apasionada, lo alcanzo. Soy retazos de mí. Un desorden de objetivos. Cada cuanto rompo una amistad y un amor, un trabajo y un lugar. Simplemente emigro sin despedidas. Me canso, me detengo en el exilio, saco cuentas que me acusan y otras tantas que la verdad no me importan… La soledad se vuelve necesaria: toda voz me espanta, me irrita. Me escondo en el pronombre más personal y de ahí, como un ritual narcisista, no salgo. Me masturbo con mis versos vencidos, me registro repetida, me bostezo en el espejo. Me niego. Si te ha gustado la lectura, y quieres colaborar conmigo haz clic  AQUÍ tu contribución para el mantenimiento del blog es de gran ayuda.

IRREVERENCIA

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No suelo ser el sueño que tiene el padre para su hija. Mi libertad no cabe en un portarretrato. Se me prefiere en tercera persona y, si se puede, jamás conjugada. Pero, en el cuarto de al lado otro sueño me dispone. La hija me imagina. Luego mis alas la cobijan, cabemos en nuestro cielo. Me besa en primera persona y es tan grande su protesta que despertamos juntas. Si te ha gustado la lectura, y quieres colaborar conmigo haz clic  AQUÍ tu contribución para el mantenimiento del blog es de gran ayuda.

QUE DIOS APAREZCA

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No quiero tomar fotos en un supermercado lleno de productos en el extranjero, no quiero drenar en varios selfies la profunda soledad que se puede llegar a sentir cuando se está en un país distinto; tampoco quiero bañarme con tobos de agua sucia y sentir un lujo la regadera, ni vivir al vértigo de mi último dígito de la cédula. No quiero despedir a más nadie en el aeropuerto, sobre todo, no me quiero despedir a mí, no quiero negar o morder la idea de un chavista o descalificarlo como un ser inferior, (al chavista votante) sería hacerle lo mismo que la iglesia católica hace con mi sexualidad y me da susto parecerme al "evangelio". Yo simplemente quiero que aparezca Dios, que explique que entendimos mal la redacción de la Biblia y la paja de sus apóstoles; quiero que venga iracundo y saque a los fariseos del territorio nacional; que no camine sobre las aguas (no estamos para malabarismos), simplemente, que esta vez el vino lo convierta en agua...LIMPIA. Sí, que aparezca

DE LA MALA VIDA

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Mientras tanto, en mi mente sigues desnuda ¡Puta! ¡Puta siempre pedida! Puta tierna en ese burdel que es tu nombre. Tu lunar: tu bombillo rojo. Puta que regala falsedades, que erotiza una herida y la lame, se pierde en las calles de su propia conveniencia; insinúa verdades y masturba mentiras. ¡Puta! ¡Puta mía! ¡Puta siempre pedida!, ¡puta tierna! Ramerita de 20 que me tiene atrapada entre sus muslos, que me realiza esa vieja fantasía de quererla; y se que se cotiza por cicatrices. ¡Puta, puta mía! ¡Puta siempre pedida! Princesa de colchones mojados, dueña y señora de eyaculaciones tristes, revendedora de sus propias carencias, emprendedora de estafas compartidas. ¡Puta!, ¡puta mía! ¡Puta siempre pedida! Si te ha gustado la lectura, y quieres colaborar conmigo haz clic  AQUÍ tu contribución para el mantenimiento del blog es de gran ayuda.

CRECER

Déjame sin ti. Dame la espalda. Arráncame de un tajo el cordón umbilical. Déjame náufraga en la incertidumbre. Desnúdame en medio de la noche y de los años. Destiérrame de tus ofrendas, tu oro, tu palacio. Déjame sin ti, ¡te lo pido! Quítame el pan y el vino. Abandóname tambaleando, a mi suerte, en la balsa de mis instintos. Suéltame. Empújame al viento desde lo más alto de tu montaña. No llores delante de mí, no te sientas culpable. No retrocedas. Déjame ahogarme, que vengan los tiburones a las cinco de la tarde; que me queme el sol en la piel como me quema   mi incompetencia. No me abraces en el frío ni mucho menos me cobijes. Déjame sin ti, Descalza en las piedras, hambrienta en la escasez… así, sola, despiadadamente sola: única, impar, disoluta. Que necesito destruirme. Caminar muriendo lenta, muy lentamente, sin ti. Y un día, un día vendrán las gaviotas; sabré entonces que he llegado nuevamente a tierra firme y que esta ve