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Mostrando entradas de julio, 2019

DEBILIDAD (Karlina Fernández)

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No sabe volar,  no le gusta el perfume de un libro,  belleza fatua y sin estrellas.  No aprecia el olor de una primavera,  cuando suena un piano no cierra los ojos.  Su grito de guerra es “no sé”  y lo sabe con descaro.  Sólo hay un problema:  no sé decir que no. Si te ha gustado la lectura, y quieres colaborar conmigo haz clic  AQUÍ tu contribución para el mantenimiento del blog es de gran ayuda.

APARIENCIA (Karlina Fernández)

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¿Dónde irás sin la voz que obedecías?  ¿Qué harás con tanta libertad?  ¿Sabrás, después de tanto cautiverio, cómo se camina hacia adelante?  Tú, que diste la llave, la jaula y los horarios para el alpiste;  que volviste tu cuerpo el país de Sodoma;  que reivindicaste las heridas,  Tú, que no mirabas a los ojos,  que te crecías en sumisión,  que invocabas juegos de premio y castigo.  ¿Dónde vas sin verdugo?  ¿Te llevas los látigos para autogestionarte?  ¿Te llevas las navajas para dejarte soltera?  ¿Dónde irás?  Todos te consolarán,  habrá un nuevo inocente que ignorará que, quien siempre mandó,  fue el pájaro y no la jaula,  aunque tus alas marcadas describan lo contrario.  ¿Qué será de mí sin ti?  de mí, que me volví jaula por ti,  que me volví llave por ti,  que me volví alpiste por ti,  y hoy me buscan por complacerte. Si te ha gustado la lectura y quieres colaborar conmigo haz clic  AQUÍ   tu contribució

PREGUNTAS (Karlina Fernández)

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Cuéntame, ¿quién soy en tu recuerdo?, ¿cómo aparezco? Me duelen tus manos ¿y a ti,mi risa? ¿Qué día te da mi nombre? A mí los viernes me duelen. Solía ser tu domingo tranquilo. Cuéntame ¿cuándo es que soy tanto que estallas y lloras? Yo lloro los orgasmos: ya sabes, los conté. ¿No te pasa que me dices “te quiero” bajito por las noches? Claudiqué tu lado de la cama, ahora es un cementerio de algodón. Y cuando pasas cerca de mi casa,  ¿no te duelen las avenidas que una vez fueron cómplices? Mi dolor puso una guarimba: ya no paso. Dime, ¿el celular no te parece una bestia silenciosa que muerde costumbres? A mí me muerde por las mañanas sin tus mensajes de buenos días. ¿Y no te pasa que lloras, que lloras mucho, pasito, gritando, a solas, con Dios? ¿Y no tienes el pecho abierto, roto, ardido? ¿Qué recuerdas? ¿De qué color es mi nombre? ¿Qué caricia te tortura más? ¿Y qué hiciste con los cielos y las terrazas? Yo no puedo mirar ha

COSAS QUE SUEÑO (Karlina Fernández)

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Hoy desperté como a las 8am, tenía mucha hambre; así que desayuné unas panquecas y luego de dos horas el sueño volvió a buscarme. Tenía el móvil en la mano, eran las 10am. Solté el teléfono y me recosté y soñé:  Soñé con una playa… con la orilla de esa playa, en esa orilla caía una moneda, dos manos fueron a tomarla; la mano de un hombre y la de una niña, ambas manos se encontraron debajo del agua tocando la moneda.  —¿Son tus monedas? — dijo riendo el hombre a la niña. La niña riendo dijo que sí y mostró otras que llevaba en la otra mano. El hombre miraba a la niña con ternura, reconocía el espacio como quien vuelve.  —Tu mamá, ¿dónde está? —le preguntó el hombre a la niña. La niña señaló unos baños y unos vestidores que estaban muy cerca, era como especie de un polideportivo. El hombre caminó hasta allá, la encontró sentada.  — Me han dicho que te paso algo, ¿qué fue lo que te pasó? — pronunció el hombre. La mujer tenía rasgos chinos, igual que la niña.  La mu

EN EL FONDO (Karlina Fernández)

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En el fondo, quien no ama sufre más; porque el que ama como tú tiene lo que dio y lo que dará.  Pero yo, que siempre necesité... que me quedé sentada para recibir, que di por justicia y no por impulso irracional del amor, me quedé mendinga otra vez, a solas con mi nombre, esperando sentir el amor que no siento, dando tan poco como un “te quiero”, mandando cartas que argumenten un amor perdido, mudo, muy lejos de mí.  En el fondo, quien no ama se queda desnudo en un adiós, expuesto ante las cuentas y las proporciones, confundiendo costumbre con trascendencia, dolor de ausencia con arrepentimiento.   En el fondo, fui yo quien perdió más. Yo te tenía, tú a mí no. Si te ha gustado la lectura y quieres colaborar conmigo haz clic  AQUÍ   tu contribución para el mantenimiento del blog es de gran ayuda

TE EXTRAÑO (Karlina Fernández)

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Te extraño en la inmediatez de la costumbre, en la simplicidad de una agenda vacía, en la primitiva necesidad de tener. Hay una nostalgia repetida por tus estupideces, por esas cosas que nunca quise, pero que me ocupaban el ocio y, más aun, el vacío. Extraño mirarte y saber que no eras tú, sentir como tus besos me aplaudían a falta de público y ganas. Extraño prometerte cosas que eran mentira, saber que no las creías, pero era nuestro juego. Es más fácil llorar a otro que a uno mismo, ocuparme de saber quién eres que preguntarme otra vez a dónde voy. Declararte culpable y dejar mis remordimientos bajo llave. Extraño tus caricias genuinas, sentirme a salvo de mí, en ti. Extraño no escribir, porque mi mano estaba o cupada  en la tuya. Ahora, malcriada, se devuelve al teclado...  a las metáforas, las preguntas, a esto que soy y que en el fondo no me gusta. Me estanco en cualquier rostro que se ocupe de ocuparme y hacerm

INVENTO (Karlina Fernández)

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Ya tú no eres tú, el dolor te ha hecho dragón y princesa, navaja y serpiente. Tan gigante que no cabes en mi nomenclatura. La ausencia no reconoce tus defectos, pero si buscamos en las páginas del odio encontramos más de la cuenta. Ya no sé quién eres. ¿A quién lloro en abril? Te has vuelto imaginería, magia negra, polvo blanco.  Así es el duelo, a puño y letra de espejismos. Se me han tergiversadolos bostezos que me provocabas. ¡Es que te ascendí a Dulcinea! Porque estoy perdida, no sé quién soy, no hay luz en el castillo.  Ya tú no eres tú, has caído en mi literatura, que anda gustosa pensándote en la torre, que anda entusiasmada llamándote destino, poniéndome la espada o clavándomela. Algo de mi sabe que fuiste rana que besé en el hastío de aquel jardín infértil. Y ahora pretende ponerte vestido y corona. Ya eres otra, otra que mi dolor domesticó a su sadismo, a su narrativa bizarra, llena de brujas hermosas. No sé qué más querrá dibujar mientras lloro. Pero t