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Mostrando entradas de octubre, 2015

NUESTRO ELEFANTE

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¿Te acuerdas mi amor de cómo nació nuestro elefante? Fue ese 15 de marzo cuando fingiste el orgasmo y te metiste a bañar para limpiarte la dignidad, la tolerancia, el hastío. Al salir, te metiste en la cama de espaldas a mí, desde entonces tu espalda se convirtió en el muro que me impedía mirarte a los ojos; el muro que de orgasmo fingido y orgasmos con otros y otras fue creciendo y, justo en medio de esa barrera, nuestro pequeño elefante: mojado de lágrimas y culpas se metió frío en nuestra cama y ahí empezamos a criarlo. Yo también lloré, lloré tu engaño y el mío… lloré tantas noches sin ti aún cuando te tenía al lado. Así empezamos a preñarnos de nuestro elefante. ¿Recuerdas sus primeros pasos?, fue al día siguiente de la primera mentira, sí. Empezamos a ver los celulares en lugar de mirar nuestros problemas y el beso en la boca se perdió como se pierden los productos de primera necesidad en nuestro país; pero seamos honestos, ambos tenemos acaparados nuestros besos en el orgu

EL METRO

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Un hombre cansado, como la paciencia de un sueldo mínimo, duerme de estación en estación. Una mujer y su hijo: ella lleva prótesis porque le falta una pierna; el niño tiene los dientes repletos de caos. Un hombre ebrio cuenta unos pocos billetes de cien, como quien hace inventario de una ruptura. Una madre; pobre y delgada, sacándole los piojos a su hija (también pobre y delgada)… se apoyan en su escasez. El hombre ebrio coquetea con la mujer que no tiene una pierna. La mujer, a quien le falta la pierna, ríe como si el hombre ebrio fuese un príncipe. El niño de los dientes repletos de caos se hace cómplice. Ahora ríen los tres. La mujer de la prótesis se sonroja; es bonita, pero le falta la pierna. El hombre ebrio es marrón, como esas cosas feas que son marrones. El niño con los dientes repletos de caos tiene la ropa sucia. La madre pobre y delgada abraza a su hija, también pobre y delgada. Parece que tienen hambre y sólo comen amor. Las estaciones

TENEMOS UNA CITA

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Me encantaría encontrarte un día y saber que al fin hallaste el amor… dentro de ti. Que me contaras cómo lo lograste, mientras miro tus uñas pintadas de vino tinto. Me encantaría encontrarte un día, invitarte un café y verte reír perdidamente enamorada de ti; controlando con elegancia tus estribos. Que me dijeras que pudiste al fin encarcelar a tus demonios y ellos, adiestrados por tu inteligencia, sólo salen bajo libertad condicional. Y así, mientras cruzas las piernas y yo pido el café, me miras y te miro; como quienes una vez se dejaron en la oscuridad y hoy se miran en la luz. Entonces, yo te observaría mientras tomas tu café: vestida de ti, perfumada de ti, llena de ti. Me encantaría ese día, sí; donde no cargues armas debajo de tus miedos. Que me digas que te diste de baja para la ira, que ya no caminas con los malos augurios de la hostilidad y que se note en tus cachetes que te quieres mucho, que decidiste amar tus pech

CIRCO

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No vagues en optimismos. No te escondas en pronombres. No te vendas en tercera persona. No sobornes a la pasión para que vote por ti. Asegúrate de que la vergüenza exponga muy bien tus miserias; admite que el éxito es una mujer que nunca te ha abierto las piernas. No abras las manos como si te gustara la libertad, mastúrbate con el premio que no tienes y dile al SENIAT que no pagaste el impuesto. Confiesa la guerra que siempre llevas por dentro y declara tus sueños en una pesadilla irreversible. Impugna tu identidad, ¡vamos! Creemos ciegamente en que no crees en ti. Córtate las manos, ¡tú puedes! Camina por la cuerda en donde pierdes el equilibrio, admite: tu idealismo es un circo. Deja tu mar de noche, tu yate y tus muertes. Y cuando ya te canses de dilucidar el éxito quizás el tiempo te premie con libros o te condene con el facebook. Si te ha gustado la lectura, y quieres colaborar conmigo haz clic  AQUÍ tu contrib

INFÉRNUM

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Ahí, en el peor de los infiernos; donde la identidad se te desdibuja, donde la vida te descalza en suelo ardido, donde la esperanza titubea y el frío silba para burlarse. Sí. Justo ahí.   Donde los amigos no alcanzan a llegar, donde no hay iglesias, ni farmacias. Infierno callado, lento, espeso que corta optimismos de un tajo, que pare conflictos que tortura tus arterias, y los escupe. Infierno que arropa; tus intentos, que te anestesia de fatiga y te impide gritar. Detenido en las sombras, colgando brújulas accidentadas en árboles muertos. Dejando   pedazos de relojes para que te asuste   el “a destiempo” . Infierno que te lleva al cementerio personal de objetivos   infértiles y te restriega el museo de actualizaciones felices. Sí: el peor de los infiernos te ha quitado el horizonte, te ha llenado de piedras el camino, ha prometido quedarse a madrugadas para que veas siempre sombras y espejismos. Ese infierno que te p

REPITE CONMIGO

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No sangrar en los bolígrafos, aceptar la intermitencia de mi inspiración, dispararle a las hadas sin remordimiento, creer en Dios cuando me dé la gana. Tener sexo sin sacar mi biblioteca. Eliminarme del pin, marcar como spam mi dispersión, soñar hasta que se me acabe el tiempo, hacer el amor en un escenario, hacerlo en camerinos. Morir. Sacudirme las expectativas, detonarle; herir a la violencia. Terminar el libro que no me gusta, envenenar la luna en que te inspiras. Odiarte. Cortar el cordón umbilical o saltar la cuerda con él   y cantar que no me importa. No mirarte más nunca a los ojos ¡Más nunca! Ponerle a mi bandera estrellas donde le pusieron balas, hacer con ellas un collar de ocho fusiles para adornar tu cuello de violencia y de mentira. Ver cómo frente al espejo, en un ataque de vanidad, te lo arrancas y disparas. Torturar el prejuicio, burlarme de los registros civiles, ilegalizar el matrimonio e