MASOQUISMO
Me soborna el masoquismo,
porque es una mascota que muerde y que siempre vivió en
casa.
Yo me alejo de ti, que eres todas
y algo dentro de mí me pide volver…
volver a joderme en tus labios inferiores.
Mirarme en ti, con tu hermosa cara,
esa carita linda y cortada,
llenita de miserias.
Quiero revisar tu perfil,
rondar la jaula a ver si le llego a tus colmillos.
Sí, lo admito, me gusta el mordisco.
Se siente tan natural romperse la piel de un tajo,
es tan familiar poner el brazo;
que sabiendo el dolor… lo persigo.
La envoltura siempre es buen sebo para mí;
me quiero comer el caramelo y también sentir como me
intoxico.
Las dos cosas caben, cada una, a un extremo de mi corazón.
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