INFÉRNUM
Ahí, en el peor de los infiernos;
donde la identidad se te desdibuja,
donde la vida te descalza en suelo ardido,
donde la esperanza titubea y el frío silba para burlarse.
Sí. Justo ahí. Donde
los amigos no alcanzan a llegar,
donde no hay iglesias, ni farmacias.
Infierno callado, lento, espeso
que corta optimismos de un tajo,
que pare conflictos
que tortura tus arterias, y los escupe.
Infierno que arropa; tus intentos,
que te anestesia de fatiga y te impide gritar.
Detenido en las sombras,
colgando brújulas accidentadas
en árboles muertos.
Dejando pedazos de
relojes
para que te asuste el
“a destiempo” .
Infierno que te lleva
al cementerio personal de objetivos infértiles
y te restriega el museo de actualizaciones felices.
Sí: el peor de los infiernos
te ha quitado el horizonte,
te ha llenado de piedras el camino,
ha prometido quedarse a madrugadas
para que veas siempre sombras y
espejismos.
Ese infierno que te pide pastillas para olvidar,
que mordió tu alma y dejó trocitos en el camino
para que encuentres la pulpa
en algún nido de aves carroñeras
y veas, débil, cómo la devoran.
Y así se pierda tu sangre soñadora,
tus huesos soñadores,
tu carne soñadora y reencarnes,
una y otra vez, en este verso.
Si te ha gustado la lectura, y quieres colaborar conmigo haz clic AQUÍ
tu contribución para el mantenimiento del blog es de gran ayuda.
Comentarios