SILENCIO (Karlina Fernández)
Recomendaría silencio.
Al mirarnos, hagamos
silencio.
Sabemos que jamás
volveremos a vernos
tan íntimamente como
para cantar victoria.
Sabemos que jamás nos
tomaremos de la mano.
Entonces:
hagamos silencio,
ganemos tiempo en un abrazo,
detengámonos a llorar
en él,
con el permiso que
tienen los amantes cobardes,
con la absolución del
perdón mudo
con la tristeza
resignada,
con la alegría de
encontrarnos.
Dejemos que el
silencio haga lo suyo
No preguntemos ¿cómo
estás?, ¿cómo va todo?
Sabemos que va bien,
mejor sin nosotros a dúo.
Simplemente, apoyemos
la nostalgia con un abrazo,
digamos “te amo” con
los ojos,
digamos “lo siento”
en un apretón de manos desesperado.
Que sea el cuerpo en
su expresión más sencilla
el que diga lo que nos
cuesta tanto.
Mirémonos hasta que
nos podamos sentar en la mirada del otro,
hasta que una lagrima
nos llovizne,
hasta que un
indiscreto suspiro nos robe una sonrisa.
Ya no andan nuestros
corazones para protocolo,
simplemente dejémoslo
latir.
Miraré tus labios con
mi sed característica,
mirarás mis ojos con
tu amor de siempre.
Te haré un poema en
silencio,
lo leerás sin hablar,
miraré tus delgados
brazos y sabrás qué pienso.
¡Vamos, dejemos de
hablar!,
las palabras duelen,
no nos sirven de nada.
Démosle al cuerpo el
control necesario
para que tiemble, la
potestad de abrazar el cuerpo del otro.
Sintamos como la
química nada por nuestra sangre,
mientras escuchamos
la respiración primitiva y agitada por el encuentro
Dejemos que vuelen mariposas
por el estómago, el corazón, el alma
Nada digamos, sintamos,
y luego de sentir que
cada quien, como siempre,
regrese a su esquina.
¡Si te ha gustado la lectura, déjame tu comentario!
Karlina, todas ellas...
Karlina, todas ellas...
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