PRIVADO




   



Se escribían por el privado del Instagram. Un amor prohibido siempre tiene sus ventanas; pero ese día, cuando Elena miró su teléfono y el Instagram le avisó como siempre con un número 1 en rojo en la esquina que Lucía estaba escribiendo, Elena no vio el 1 en rojo: vio a Lucia, coqueta, con un vestido rojo y la mano alzada, entonces el entusiasmo se le fue al pulgar. Corría para abrir la aplicación y la alegría.

    Abrió el Instagram y su entusiasmo. Arriba a la derecha, en vez de ver una flechita y un 1 azul, estaba Lucía vestida de azul. Elena creyó volverse loca, aun así el pulgar valiente presionaba y cuando apareció la ventana, con el dibujo de una cámara a la izquierda, en el centro un rectángulo con las pequeñas letras inductivas: «Escribe un mensaje» y a la derecha un cuadro, vecino de un corazón; Elena la miró… Aparecía Lucía, pequeña, trepándose por ahí. Se paseaba por la cámara, caminaba sobre la ventana, se veía en el cuadro. Cuando se asomaba por el corazón, este se ponía rojo, y ahí, desde lo alto de ese blanco corazón digital tomó impulso y se lanzó sobre el pulgar de Elena… y desde el pulgar tomó nuevamente impulso para saltar al corazón de Elena, al de carne, al que está en el pecho. Caminó sobre él y allí creció.

    Cuando Elena se miró al espejo para salir a la sala a confesarle al mundo que era gay, vio a Lucía en el reflejo y con una sonrisa le contestó:

—Me cansé de estar escondida en el cuadrito, vamos juntas, yo te acompaño.

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Comentarios

Anónimo ha dicho que…
... llore al leer tan solo 8 líneas finales ... Sigo llorando y no son sólo un par de lágrimas por tu historia , son miles de ellas por 8 líneas de mi historia , dolor resumido en 8 líneas.
Agradecida

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