EL PATITO EN TERAPIA
Entran la mamá del patito feo y el patito feo a un consultorio de psicología.
—Buenos días doctora.
—Buenos días señora pata, ¿en qué puedo ayudarla?
—Bueno, yo vengo porque él es mi hijo más pequeño, pero aunque suene raro fue el huevo más grande y el ultimo en romperse y la verdad (baja la cabeza)… el más feo, tiene comportamientos distintos a nosotros, mírelo, es diferente, y yo creo que, el debe ser igual que todos los patos, porque él es un pato. Los patos tenemos cierto tipo de comportamiento, que él, (lo mira) pobrecito (intenta no llorar) no tiene.
—Entiendo… ¿y tu patito cómo te sientes?
—Yo sé que soy feo doctora (baja la cara) y que soy diferente; por eso quiero curarme, algo malo debe de haber dentro de mí porque no me parezco a mis hermanos patitos.
— ¿Sabes Nadar?
—Sí, si claro. Yo nado, ¿verdad mami, que yo nado bien?
—Sí doctora, sí nada.
— ¿Por qué crees que eres feo y diferente entonces?
—Porqué soy más alto, mucho más alto que ellos y mis plumas están todas despeinadas. Mis hermanos patitos son pequeños, con un plumaje igual de pequeños que ellos, por eso todos se burlan de mí. A veces cuando muevo mis alas soy tan grande que, sin querer, los hago caer y se enojan… y tienen razón, pero no lo hago a propósito. No quiero ponerlos bravos, sólo quiero jugar como juegan ellos.
— ¿Y que más te gusta hacer, a parte de jugar con tus hermanos patitos?
—Mirar el cielo, a veces sueño que vuelo; que soy grande y toco el cielo.
— ¡Ve doctora!, no hijo mío, deberían gustarte los pequeños estanques como a todos nosotros. Ay doctora, estoy segura que usted podrá ayudarnos para que el tome la forma y la conducta correcta y evitemos la vergüenza diaria de que lo vean así y diciendo estas cosas. (Traga saliva y contiene el llanto).
La doctora observa a la mamá pata y al asustadizo y cabizbajo patito feo
—Patito, yo sólo te mandaré a hacer una cosa; y con eso poco a poco te sentirás mejor. Ven acompáñame. Usted, mamá pata, espéreme aquí.
Salen del consultorio, van hacia el jardín.
—Patito, ¿estás viendo aquel lago inmenso de allá?
—Sí doctora.
—Quiero que vayas y estés con esos cisnes 15 minutos diarios, luego 20, luego 30 y luego una hora. Así hasta que logres pasar todas las horas del día con ellos.
—Pero, (dudando) ¿y mi familia?
—Luego de que hagas eso, créeme, tu familia ya no te vera diferente; ni tú te sentirás feo.
— ¿En serio?
—Totalmente en serio, anda, ve.
El patito feo poco a poco se va alejando del consultorio; la doctora lo observa y luego entra a la consulta.
— ¿Y mi hijo doctora?
—Me temo que usted y yo nos tenemos que ver un día a la semana.
—No entiendo, es mi hijo quien está enfermo
—Claro, pero cuénteme, ¿cuénteme como fue su infancia?
—Bueno doctora (suspira) yo fui una patita…
Comentarios
En esta cuarentena ya llevo 2 días leyéndote desde Ccs.🐣👏