ME FALTABA UNA PIEL

 




 ME FALTABA UNA PIEL 



En el 2017 me hice un despistaje neurocognitivo, la recomendación salió de mi psiquiatra, que a su vez, visité por recomendación de mi psicóloga (si, tengo tornillos flojos en los tres pisos) cuando leí el informe me quedé impactada de cómo ciertas respuestas y ejercicios que parecían sencillos arrojarían luego, una definición casi adivinatoria de mi personalidad. El despistaje fue hecho en la federación venezolana  de psicología (Psi. MCs. CLARA ASTORGA Neuropsicóloga/ Psicoterapeuta C.I.: 6.098.763 - Federación de Psicólogos de Venezuela No. 4376 )

 

Paciente vigil y abordable, orientada en tiempo, espacio y persona, hipertimia placentera, de actitud colaboradora, eulálica con intensidad y tono adecuado, juicio de realidad conservado, sensopercepción y psicomotricidad conservadas, inteligencia impresiona, superior al promedio.

 

Karlina tiene una marcada tendencia a ser imaginativa, bohemia, distraída. Poco convencional, absorta en sus ideas. Interesada en el arte, teoría y creencias básicas, concentrada en creaciones internas. Extravagante, el juicio práctico lo seduce con facilidad. Distraída, deambula ensimismada en sus pensamientos y no atiende a su entorno. Olvidadiza, tiende a colocar de manera errónea cosas, perder la noción del tiempo y no observar lo que es obvio para los demás. Se le dificulta centrar su atención en algo que no sea en aquello en lo que se concentra en ese momento. Logra niveles profundos de comprensión, probablemente es en parte por esta razón que con frecuencia es muy creativa. Tiende a ser radical en su pensamiento. No desarrolla bien trabajos detallados, puede generar los juicios negativos acerca de la falta de atención a su entorno y de la preocupación interna obvia, sino a una atribución errónea de la causa de estas conductas a otros rasgos”

 

ÁREA EMOCIONAL Presenta tendencia de neuroticismo, en general manejable. Algunas veces pierde el control sobre sus sentimientos, tiene poca tolerancia a la frustración y se trastorna con alguna facilidad. Es algo inestable emocionalmente, afectada por los sentimientos, perturbada, tiende a ser inconstante en actitudes e intereses, se vuelve emotiva y conflictiva cuando se frustra, puede evadir responsabilidades, tiende a renunciar. Aprehensiva, en ocasiones provoca peleas y situaciones problemáticas. Caractereológicamente tensa, puede tener problemas para relajarse o sentirse tranquila durante largos periodos, necesita siempre estar haciendo algo. Es impaciente, irascible y propensa a accidentes, teme perder sus capacidades o el control. En ocasiones muestra tendencia al aislamiento afectivo”.

 

No fue hasta el 2020 que me diagnosticaron epilepsia, pero la pregunta de la neuróloga  se convertiría en el inicio de un gran hallazgo:

 

-Aquí dice que estuviste con una depresión, ¿es la primera vez?

-No.

Conversamos, y me dijo:

 

-Entiendo que las razones de esa pasada depresión hayan sido externas, pero toma en cuenta que en cierto momentos y por la epilepsia puedes estar más predispuesta a la depresión, la depresión y la epilepsia están muy asociados, yo te recomendaría que siguieras con los antidepresivos. 


Le hice caso y continúe con los antidepresivos, llevo dos años tomándolos, han habido cambios y es que desde que uso antidepresivo siento que tengo una piel que antes no tenía, cualquier cosa ardía, como  describe el despistaje, la irritabilidad era como un río incontrolable, los pensamientos bucles andaban tocando rock en mi cerebro y mi pecho ardía y se agitaba. Los duelos amorosos me llevaban a un infierno físico donde hasta la ropa podía arder, recuerdo una vez, que una mujer me dejó por un hombre, días después me mandó una carta por email, fue tanto lo que sentí, que tuve que colocarme una bolsa fría en el pecho; sentía que me quemaba como si hubiese durado todo el dia al sol, literalmente me sentia insolada.

 

Eso ocurrió en Venezuela, y emigrar no te salva de enamorarte ni tampoco de que te vuelvan a romper el corazón, incluso ese músculo tiende a exponerse a escenarios de alto riesgo en busca de la sobrevivencia y la adaptación, pero conforme seguí tomando antidepresivos y anticonvulsivos se fue formando una piel, una dermis que antes no tenía, que es probable que  haya nacido sin ella, una piel que evita el dolor crónico, dolor que potenciaba mis ganas de “doparme” con alcohol.

 

En España he atravesado situaciones límites y de todo tipo, pero esa piel me permite tomar decisiones en calma, sin sentir que me quemo, sin enloquecer de furia o descontrol, es una piel de serotonina que no tenía.

 

Por eso me parece tan importante visitar los tres pisos de la mente, saber qué,  si es otoño tu corazón tiende también a deshojarse, que  aunque es cierto que hay un mercado farmacéutico hay quienes sí necesitamos de unas cuantas pastillas para estar en equilibrio.

 

Que tener errores ortográficos, olvidar los nombres o las direcciones no me hace mediocre, forma parte de mis olvidos, y que caerme de un río era una posibilidad porque me distraigo con facilidad. Que mis emociones son un mar inmenso que he aprendido a surfear con ayuda de esa tabla llamada terapia, medicación y autocuidado y que siempre trataré de visitar y cuidar los tres pisos de mi mente. (Psicologia,psiquiatria y neurologia).

 

Los desequilibrios emocionales tienen varias capas y si podemos cuidar y saber cuáles son esas capas, estaremos más atentos a cuidarnos y cuidar a los demás.

 

 

 

¿No?


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